miércoles, 29 de abril de 2009

MIERCOLES 29/04/09: MADRID - BEIJING

13:00 h: Comienza la aventura!!!! El punto de encuentro del grupo es la T2 de Barajas. Nos reunimos todos: Joan, el coordinador, de Lleida. Ana de Huesca. Julio y César, los hermanos gemelos de Gijón. Samu y yo (Davinia).



Facturamos las maletas y vamos a comer algo. Entre charlas de los viajes que hemos ido haciendo, nos vamos conociendo poco a poco.

15:30h: Vuelo Madrid - París
Llegamos a París hambrientos. La comida del avión se ha limitado a una bolsa de "4" galletitas saladas. Menos mal que Samu ha comprado un Toblerone gigante. Mmmmm!!
Al llegar al embarque nos asignan asientos separados, por lo que no podemos seguir charlando con los del grupo. Aunque tiempo tendremos...

19:00h: Vuelo París - Beijing
Nada más subir al avión nos encontramos con infinitos asientos reducidos en espacio y llenos de chinos. Y lo peor, un calor asfixiante. Y nos esperan 10 horas ahí metidos!!! :S
Por mucho calor que haga, nuestro compañero (asiático) de asiento, aguanta estoicamente con la camisa de manga larga y la chaqueta. Para contribuir a cargar más el ambiente, los azafatos pasan de un lado al otro de la cabina, fumigándonos con unos sprays desparasitarios.
Por fin!! Despegamos y enchufan el AC. El Toblerone estaba a punto de convertirse en fondue.
En un rato nos traen la cena. Oh no!!! otra vez las galletitas saladas. Espero que venga algo más contundente. El menú de hoy se puede elegir entre el chino o el europeo. Como no! cogemos el chino, para ir preparándonos. En principio parece apetecible: pollo con algo verde y ternera con salsa de naranja. Resulta que el pollo está cubierto por una salsa con efecto anestesiante. La ternera lleva salsa picante y entre una salsa y otra la boca nos arde. La que nos espera!!!! y eso que sabíamos a lo que veníamos :( También hemos vivido la primera experiencia de comer junto a un chino. Se comen lo que sea por mucho que pique, y sorben hasta donde no hay líquido que sorber.
Zzzz...zzz...
Queda hora y media para llegar a Beijing. La noche ha sido larga, y no habremos dormido ni 2 horas seguidas. Hace horas que amaneció. Por la ventanilla he podido ver parte de Mongolia. Una llanura inmensa, sin poblaciones, ni carreteras, ni un sólo árbol. Parece un paisaje lunar.