sábado, 9 de mayo de 2009

SÁBADO 09/05/2009: NANJING

07:00h: Ya llevan los chinos metiendo voces más de una hora. Todos están desayunando los mismos cubos de fideos de la cena. Seguimos en el tren. El paisaje ha cambiado. Ahora es más verde, se ven campos labrados, con riachuelos.

Tenemos a un bebé chino en el compartimento de al lado, que no tendrá ni un añito y ya anda él solo, y con las manos juntas a la espalda, como una persona mayor. Que gracioso! En uno de sus paseos se ha hecho pipí y popó en el pasillo del tren, y tiene al abuelo con la fregona en la mano todo el trayecto.

11:00h: 18 horas en el tren!!! Ggrrrr, que hartura!! aunque casi todas han sido durmiendo, es un viaje que cansa. Dejamos las mochilas en la consigna de la estación (6元 cada una) y cogemos el metro para ir al centro (2元 el billete).

Es el primer metro que cogemos en China y tenemos curiosidad de ver si es como en la tele. Con todos esos chinos agolpados en el andén y apretujados dentro del vagón. Los billetes del metro son como una moneda de plástico, tipo ficha de los coches de choque, que se pasa por un detector y debe tener algún componente electrónico dentro que hace que se abra la puerta. Al salir se echa por una ranura y te abre el paso. Los trenes son rápidos, parecidos a los de Madrid en tamaño, pero con pantallas de TV donde ponen canales reales de la tele. Está limpio y se prohibe explícitamente escupir en el suelo.

Bajamos en el centro. Todos los edificios son altísimos, con grandes pantallas de publicidad y con grandes centros comerciales. Hay toda una avenida de productos de electrónica (Sony, HP, Canon, Vaio...). No encontramos bicis para alquilar y encima nos hemos equivocado de dirección al echar a andar. Con el calor que hace y la contaminación que hay, no apetece nada andar, así que preguntamos cómo llegar al parque de Zhongshanlingyuan (o de la montaña púrpura). Nos recomiendan ir en taxi (16元).

13:00h: Una de las atracciones del parque, el Teleférico, está cerrado por avería, así que nos tocará andar. Estamos hambrientos después de la cena de fideos del tren, y lo único que hay en esa zona del parque es un chiringuito con botes de fideos!!! Así que otra vez nos toca comer lo mismo (67元)

14:30h:Antes de echar a andar, unas chicas alemanas nos ayudan a coger un autobús que nos dejará cerca del "Lago de las Nubes Púrpuras" y las tumbas Ming. Hasta el momento el parque no ha tenido ningún encanto, pero al bajar del autobús número 3 (1元 el billete), empiezan los paseos arbolados.

La entrada a la zona nos cuesta 70元 cada uno. Un precio bastante caro para lo que estamos acostumbrados, y mucho más para ser un parque!! No hay descuento posible. Vamos directos al lago, pasando de tumbas y templos. Lo único que queremos es tumbarnos a la sombra. Al llegar vemos un paisaje muy coqueto. Un lago rodeado de árboles, donde mucha gente está practicando natación, con gorrito y todo. Aunque hay carteles que prohiben el baño, Joan, Samu y César se meten al agua con ropa y todo. Ana y yo nos conformamos con meter los pies. El agua tiene una temperatura buenísima y nos calma un poco el calor.



Hacemos tiempo hasta ir a la estación de nuevo. Los chicos se han ido de excursión a un montecillo desde el que hay unas vistas de toda la ciudad. Por el camino han perdido a Samu, y después de un rato buscándole aparece bajando el montecillo. Mientras esperamos, a Ana y a mi nos da conversación en inglés un "bussiness man" chino que está nadando en el lago. También llega una niña a practicar el inglés que le han enseñado en el cole, y nos suelta una retaila de carrerilla de frases tipo: "My name is...", "My favorite color is yellow"...jajaja, mientras los padres la miran orgullosa y la empujan a que nos diga más cosas.

Nos cogemos otro bus al centro para ir a cenar (2元 cada billete). Cenamos en un restaurante un poco pijo por 380元. Volvemos en metro a la estación (2元) y cogemos un tren que nos lleva a Tunxi (102元 la litera de abajo(下)).

22:30h: Me doy una mini ducha en el lavabo mientras los chinos me miran con cara rara, pero es que llevamos dos días metidos en trenes, sudando, andando.. y se necesita un lavado, aunque sea de gato. Me pongo a escribir el resumen de la jornada hasta que apagan la luz del vagón. Un revisor, al verme escribiendo a la luz de las luces de emergencia, me trae una linternita para que tenga luz, y se sienta al lado mio hasta que termino, mirando cómo escribo. Voy a dormir ya, para que el hombre pueda terminar la ronda.

Zzz Zzz...